Para aquellos que sois un poco reacios a comer verduras, y en concreto berenjenas, esta es vuestra receta. Os va a encantar. No se nota apenas su sabor pero ahí esta.
Una receta muy sencilla de preparar y muy agradecida. Es muy jugosa gracias al tomate y al queso. Con un sabor a las aromáticas que la hace estar aun mas rica.
Os animo a preparla porque estoy segura de que os va a gustar mucho. De hecho mis hijas la devoran, el tomate frito las vuelve locas y no notan la berenjena. Así que si paladares mas exigentes y selectos que los niños lo han catado y han dado el visto bueno ¿quien puede resistirse?
Ingredientes:
- 1 lámina de pasta quebrada.
- 2 berenjenas.
- 200 ml de salsa de tomate.
- 1/2 cucharadita de romero seco.
- 1/2 cucharadita de tomillo seco.
- 1 cucharadita de orégano seco.
- 250 g de queso mozarella en bola.
- 100 g de queso parmesano rallado.
- Sal.
Preparación:
Pelaremos las berenjenas y las cortaremos en rodajas no muy gruesas. Las haremos a la plancha en una sarten y con un poco de sal. Reservaremos. Engrasaremos nuestro molde (yo utilicé uno de 26cm) y pondremos sobre el mismo la masa quebrada de manera que lo cubra por completo. Lo pincharemos con un tenedor y hornearemos, con calor arriba y abajo y con horno precalentado, a 180º durante 20 minutos. Una vez cocida la pasta dejaremos que enfríe. Mezclaremos la salsa de tomate con las especias (reservaremos un poco de orégano para el acabado final). Cubriremos la base de la tarta con una capa de tomate (100 ml) y sobre el mismo pondremos una capa de rodajas de berenjena, espolvorearemos la mitad del queso rallado. Nuevamente pondremos otra capa de tomate, el restante, y una capa de berenjenas, queso rallado y terminaremos con la mozarella cortad en láminas. Espolvorearemos orégano por encima. Hornearemos a 200º durante 20 minutos. Una vez horneada dejaremos entibiar y ya estará lista para comer.