¡Qué ricas son estas magdalenas! Mira que he hecho ya unas cuantas (las podéis ver todas en el reto magdalenero) pero estas se llevan el premio a las tradicionales más espectaculares. Porque tienen un copete maravilloso y porque su sabor me recuerda a las magdalenas de pueblo hechas en horno de leña (todavía recuerdo ese olor a pan y a dulce, cuando yo era pequeñita, que despedía la panadería del pueblo de mi padre). Sin quererlo he retrocedido en el tiempo veinte años.
Sale una cantidad bastante importante de magdalenas, unas 22, pero no importa. Si crees que no te las puedes acabar todas tu solo tus vecinos, amigos o parientes están de suerte. No veas lo que van a disfrutar cuando se las regales y que carita se les pondrá cuando las prueben.
Tenía un botecito de leche evaporada por casa y encontré la receta de Wholekitchen que vino a las mil maravillas. Creo que no será la última vez que las prepare.
Ingredientes:
- 260 grms de huevos (unos 4 huevos tamaño L, deben de llevar la mismas cantidad que de azúcar).
- 260 grms de azúcar.
- 1 cucharadita de extracto de limón.
- 100 ml de leche evaporada.
- 260 grms de aceite de girasol.
- 15 grms de levadura.
- 360 grms de harina.
Preparación:
En un cuenco pondremos los huevos y el azúcar y batiremos con la ayuda de un robot de cocina, o la batidora de varillas, durante 15 minutos o hasta que veamos que nuestra masa es esponjosa, pálida y duplica su volumen (el éxito de estas magdalenas es conseguir añadir aire a la masa y esto sólo lo vamos a conseguir batiendo muy bien estos ingrediente), cuando estemos en la mitad del batido, añadiremos el extracto de limón y seguiremos batiendo hasta completar el tiempo. Seguidamente añadiremos la leche evaporada y el aceite; batiremos bien hasta que nuestra masa esté homogénea. Para finalizar agregaremos la harina y la levadura (ambas tamizadas) y volveremos a batir hasta que nos quede integrada uniformemente. Dejaremos reposar la mezcla durante 5 minutos. Pondremos las cápsula de papel en el molde rígido y rellenaremos los mismos en un tercio de su capacidad. Las espolvorearemos generosamente con azúcar. Precalentaremos el horno a 230º (con calor arriba y abajo), introduciremos nuestro molde y justo en ese momento bajamos la temperatura a 210º. Las horneamos en la parte baja del horno durante 15 minutos, aproximadamente.