La primera receta que he elaborado con lemon curd ha sido una chinois. Estoy enamorada de este dulce desde que lo vi por primera vez, hace ya unos cuantos años, y no recuerdo a quien. Eso si, su nombre y su imagen quedaron grabados en mi memoria para hacerlo en cuanto pudiera. Pero es de estas recetas, como me pasó con la crema de queso y yogurt con caramelos violeta, que me enamoraron desde que la vi y luego quedó en el recuerdo.
Aprovechando el lemon curd he querido rellenarla con este y darle un toque diferente a la clásica chinoise, la cual suele llevar crema pastelera. El resultado ha sido fabuloso. Un toque ácido mezclado con la textura suave y bien dulce de la masa de la chinois ha sido la combinación perfecta para una merienda redonda.
La receta de la masa de la chinois es de Rosa Ardá. Allí podréis ver como queda con crema pastelera. El procedimiento es el mismo lo único que varía es el relleno.
Todos aquellos amantes del limón este es vuestro dulce, no querréis compartirlo.
Para la masa:
- 50 grms de leche.
- 50 grms de mantequilla.
- 50 grms de azúcar.
- 1 cucharaditas de extracto de vainilla.
- 1 huevo.
- 1 yogurt griego o natural.
- 25 grms de levadura fresca o 13 grms de levadura liofilizada de panadería.
- 1 cucharada de miel.
- 400 grms de harina de fuerza.
- 1 huevo batido para pintar.
Para el relleno:
Lemon curd (unas 8 cucharadas).
Preparación:
Pondremos en un cuenco la leche (tibia), la mantequilla (a temperatura ambiente), el azúcar y el extracto de vainilla y mezclaremos todos estos ingredientes. En un vaso aparte mezclaremos la cucharada de miel con la levadura hasta disolverla por completo y lo añadiremos a la mezcla anterior junto con el huevo y el yogurt y lo uniremos todo. Finalmente añadiremos la harina (tamizada) y mezclaremos. Para amasar me he valido de la panificadora y la he puesto en el programa 7 que dura 15 minutos. Es muy importante que la masa no se pegue, por lo que si lo ves necesario añade un poco más de harina y amasa hasta obtener una masa “manejable”. Ahora toca esperar hasta que la masa doble su volumen. El tiempo dependerá de muchos factores, desde la temperatura de vuestra cocina o la época del año, pero calculad alrededor de 1 hora. Volcaremos la masa sobre una superficie enharinada y amasaremos con las manos para quitarle la aire, desgasificar. A continuación la extenderemos con un rodillo hasta formar un rectángulo de 40×30 cm aproximadamente. Extenderemos sobre ella el lemon curd y la enrollaremos como si fuera un brazo de gitano. A continuación cortaremos porciones de unos 3 dedos de grosor y las colocaremos con la crema mirando hacia arriba en un molde desmoldable engrasado con mantequilla. Yo he utilizado uno de 23cm. Lo taparemos con un paño y dejaremos que la masa doble nuevamente su volumen y ocupe por tanto la superficie total del molde. Pintaremos cuidadosamente con huevo batido e introduciremos en el horno, previamente precalentado a 200ºC y con calor arriba y abajo, durante 30-40 minutos. Es importante que estés pendiente porque suele dorarse demasiado deprisa. En ese caso bastará con que tapes la masa con un trozo de papel de aluminio y termines así todo el tiempo de horneado.
* Si quieres darle brillo (yo no lo hice) puedes mezclar 2 cucharadas de mermelada de albaricoque o melocotón con 2 cucharadas de agua y con el almíbar pintar la superficie. Si la mermelada estuviera muy espesa puedes calentar en el microondas 20 segundos la mezcla. Otra opción para darle brillo puedes pintarla con azúcar invertido, miel diluida en agua o cualquier otro almíbar que se os ocurra.